domingo, 14 de noviembre de 2010

Pariente cede derechos a Booz

 Booz subió hasta la puerta de la ciudad y se sentó allí. Cuando pasó por ese lugar el pariente del que había hablado antes, le dijo: «Amigo, acércate y siéntate aquí». El hombre se acercó y se sentó.Luego Booz llamó a diez ancianos de la ciudad, diciéndoles: «Siéntense aquí». Ellos se sentaron, y él dijo a su pariente: «Noemí ha vuelto de los campos de Moab y ha puesto en venta la parcela de nuestro hermano Elimélec. Me ha parecido bien informarte de esto y sugerirte que la compres en presencia de los que están aquí sentados y de los ancianos de mi pueblo. Si tú quieres ejercer tu derecho de rescate, puede hacerlo; de lo contrario, dímelo para que yo lo sepa. Tú eres el primero que puede ejercer ese derecho, y después vengo yo». El hombre le respondió: «Está bien, lo haré».Pero Booz añadió: «Si le compras a Noemí la parcela de campo, también tendrás que casarte con Rut, la moabita, esposa del difunto, a fin de perpetuar el nombre de este sobre el patrimonio». El respondió: «En esas condiciones yo no puedo comprar, porque perjudicaría a mis herederos. Ejerce tú mi derecho, porque yo no puedo hacerlo».En Israel existía antiguamente la costumbre de quitarse la sandalia y dársela al otro para convalidar los convenios de rescate o de intercambio. Esta era la manera de testificar en Israel. Por eso el pariente dijo a Booz: «Adquiérela para ti», y se quitó la sandalia.Entonces Booz dijo a los ancianos y a todo el pueblo: «Ustedes son hoy testigos de que yo compro a Noemí todas las posesiones de Elimélec, de Quilión y de Majlón. También son testigos de que tomo por esposa a Rut, la moabita, que fue mujer de Majlón, para perpetuar el nombre del difunto sobre su patrimonio y para que ese nombre no desaparezca de entre sus hermanos ni en la puerta de su ciudad». Toda la gente que estaba en la puerta de la ciudad y los ancianos respondieron: «Somos testigos. ¡Que el Señor haga a esta mujer semejante a Raquel y a Lía, las dos que edificaron la casa de Israel! ¡Que llegues a ser poderoso en Efratá y adquieras renombre en Belén! Que el Señor te dé una descendencia por medio de esta joven, para que tu casa sea como la de Peres, el hijo que Tamar dio a Judá». Booz se casó conmigo y se unió a mi. El Señor hizo que concibiera y diera a luz un hijo. Entonces las mujeres dijeron a Noemí: «¡Bendito sea el Señor, que hoy no te deja faltar quien responda por ti! Su nombre será proclamado en Israel.El te reconfortará y será tu apoyo en la vejez, porque te lo ha engendrado tu nuera que te quiere tanto y que vale para ti más que siete hijos». Noemí tomó al niño, lo puso sobre su regazo y se encargó de criarlo.Las vecinas le dieron su nombre, diciendo: «Le ha nacido un hijo a Noemí», y lo llamaron Obed. Este fue el padre de Jesé, el padre de David. Esta es la descendencia de Peres: Peres fue padre de Jesrón; Jesrón fue padre de Ram; Ram fue padre de Aminadab; Aminadab fue padre de Najsón; Najsón fue padre de Salmá; Salmá fue padre de Booz; Booz fue padre de Obed; Obed fue padre de Jesé y Jesé fue padre de David.

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